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30 de mayo del 2020

Francisco Navarrete Serna, presunto exjefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue acribillado la noche del viernes en el salón de eventos Yemanya, en una colonia popular de Tierra Blanca, en la Cuenca del Papaloapan en Veracruz.

En el ataque perpetrado por varios sicarios perdieron la vida Navarrete Serna y seis personas más, dos de ellos eran integrantes de la agrupación musical “La Calle”.

Extraoficialmente se habla de más personas heridas y una fuerte movilización policiaca en todo el municipio para tratar de dar con los responsables.

El inicio del ataque fue transmitido en vivo en las redes sociales de “El Sol de Tierra Blanca”. En el video se ve al propio Navarrete acabando de cantar la canción “Amor Traicionero” de la Orquesta Guayacán, cuando se escuchan detonaciones.

Navarrete desenfunda una pistola, corre y apunta, pero medio segundo después se va la luz y sólo se escuchan disparos.

El sitio fue custodiado por elementos federales, Fuerza Civil y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP); un video del medio local “Zona Info” documenta cómo una señora grita desesperada que su hija está “balanceada” y que la ambulancia se tarda en llegar; infructuosamente, la señora grita que alguien le preste su coche para llevar al hospital a su hija.

Acusado de desaparición forzada

Navarrete Serna salió de prisión en agosto del 2019 y un par de meses después fundó “El Sol de Tierra Blanca”, en cuya inauguración estuvo como madrina a la diputada local de Morena, Margarita Corro.

Navarrete fue aprehendido en enero del 2016 por los gobiernos de los priistas Enrique Peña Nieto y Javier Duarte de Ochoa, acusado de ser copartícipe en la desaparición forzada de cinco jóvenes oriundos de Playa Vicente.

Dicha desaparición ocurrió dos semanas antes de la captura de Navarrete Serna. De acuerdo con autoridades federales, los jóvenes fueron entregados por la Policía Estatal al crimen organizado y asesinados por el CJNG.

Junto con Navarrete fueron detenidos una veintena de policías.

Durante el juicio, la familia de Navarrete Serna siempre aseguró a la prensa que se trataba de “un chivo expiatorio”.

“Queremos detener esta difamación (sic) y agravio por la que mi hermano y toda la familia Navarrete Serna estamos atravesando desde el primer momento en el que fue presentado como un criminal y jefe de plaza de Tierra Blanca, Veracruz. Hemos vivido los seis meses más difíciles de nuestras vidas, hemos perdido amistades y la confianza en nuestros allegados porque a los medios se les hace fácil creer las mentiras fabricadas por el mismo gobierno con la única finalidad de no cargar con una responsabilidad social y lograr presentar culpables”, escribió Esther Navarrete, hermana del hoy ejecutado, en una carta enviada a la redacción de la revista Proceso.

Un juez federal le concedió el amparo 11/2018, mismo que fue confirmado por un tribunal, tras argumentar que hubo una investigación deficiente de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) por haber duplicado declaraciones (pruebas) en los juicios por delincuencia organizada y desaparición forzada.

En Tierra Blanca, antes de su detención en el 2016, Francisco Navarrete tejió un poderoso círculo de amistades que incluía a alcaldes priistas de la Cuenca del Papaloapan, al entonces diputado federal Tarek Abdalá –hoy testigo protegido de la FGR en el caso Javier Duarte– y a empresarios, ganaderos y periodistas de la región.

En esa zona era conocida la relación de amistad entre Francisco Navarrete y el periodista Pedro Tamayo, asesinado en julio del 2016, también en Tierra Blanca.