El telescopio espacial James Webb superó una etapa importante al desplegar completamente su escudo térmico, un parasol de cinco capas necesario para observar el cosmos.
En un comunicado Thomas Zurbuchen, jefe de misiones científicas de la NASA, recordó que, aunque todavía faltan muchas operaciones para que el observatorio esté completamente listo, el despliegue de este parasol era la "más difícil" de la lista.
Indica que cada una de las capas de este escudo térmico tiene el tamaño de una cancha de tenis y son necesarias para proteger los instrumentos científicos del calor del Sol. Desde el lunes cada una de ellas se desplegó y estiró.
El telescopio es demasiado grande para caber en un cohete por lo que hubo que doblarlo sobre sí mismo como un origami y desplegarlo en el espacio, un procedimiento extremadamente peligroso.
El astrónomo Klaus Pontoppidan, científico jefe del James Webb. Twitteo, “Es un día muy especial, creo que es hora de darse cuenta de que pronto tendremos quizá un telescopio espacial gigante completamente operacional".
Los astrónomos de todo el mundo esperaban con ansia al James Webb, el telescopio espacial más potente, porque permitirá observar las primeras galaxias, formadas pocos cientos de millones de años después del Big Bang.