La distribución equitativa del presupuesto entre las 10 regiones de Veracruz permitió hacer justicia a comunidades históricamente olvidadas, donde nunca habían llegado gobernantes ni secretarios de despacho. Antes, solo se entregaban despensas a cambio de votos, perpetuando su abandono.
En los primeros años de esta administración, la infraestructura no fue evidente, pues las obras se realizaron en municipios alejados como Texcatepec, Zontecomatlán, Ilamatlán, Soledad Atzompa, Zongolica y José Azueta. Hoy, estas comunidades disfrutan de infraestructura de calidad que muchos veracruzanos desconocen porque son lugares alejados.
En entrevista en el programa A 8 Columnas de Radio Televisión de Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez destacó que su administración logró duplicar los ingresos propios del estado, lo que permitió alcanzar un récord en obras públicas.
Gracias a una adecuada gestión de las finanzas públicas, en la segunda mitad del sexenio se emprendieron grandes proyectos, como la remodelación del estadio Luis “Pirata” Fuente, la construcción de la Arena Macuiltépetl y hospitales en Nautla, Perote, Orizaba y Xalapa.
“Cuando iniciamos, teníamos ingresos propios de apenas 8 mil millones de pesos. Recibí un presupuesto anual cercano a 120 mil millones, pero el 96% se destinaba a nómina, dejando solo un 4% para otros rubros. Aumentar los ingresos propios era indispensable, y ahora alcanzan los 17 mil millones de pesos”, explicó.
Además, subrayó que la obra pública debía ser de calidad y a un precio justo. No todos los contratistas aceptaron estas condiciones; algunos inflaban los precios en las licitaciones. Por ello, se priorizaron las asignaciones directas, siempre dentro de la normatividad.
“No hay ninguna obra fuera de la ley. Construir rápido, bien y a bajo costo no es sencillo, pero buscamos a quienes pudieran cumplir con estas condiciones según la normativa: bueno, bonito y barato. Y lo logramos”, concluyó.